Quien ama la vida, ama el Cine.

Quien ama la vida, ama el Cine.
El cine es como la vida,pero vista a traves de la subjetividad de un lente.

viernes, 17 de mayo de 2013

Cut 1 - De Valentino a De Niro / De Greta Garbo a Meryl Streep :

El Mundo de las Estrellas.


Fred Astaire fue un ícono del cine musical. Aquí bailando con la estupenda Cyd Charisse en "The Band Wagon". Ambas estrellas características del "star system" norteamericano.

¿ Qué hace grande a un actor ? ¿ Cómo logran transformarse en estrellas ? ¿ Cuándo se producen los cambios generacionales de intérpretes taquilleros a jóvenes promesas ? ¿ Dónde interactúan los prodigios, una vez que se consolidan en el conciente colectivo de los espectadores ? ¿ Por que existen las estrellas ? 
Cinco interrogantes utilizando "la pirámide invertida" del periodismo, con los cuales queremos iniciar esta entrada, que pasará revista a los rostros más populares y a las pequeñas figuras del celuloide de ayer, hoy y de siempre, en apretados dos capítulos. 
Intentaremos dilucidar, qué condicionantes tienen determinadas personalidades para triunfar en la pantalla. 
Descubriremos al "star system" norteamericano, que aunque murió en apariencia con el término de la Era de los Grandes Productores, todavía su esquema se mantiene  inalterable, como fórmula identitaria del negocio fílmico. 
Al son de una "soundtrack" antigua de Max Steiner, de una canción de Fred Astaire o de una imagen difusa de Greta Garbo , este artículo va con aroma a mitomanía.

El Nacimiento de los estereotipos.

Los monstruos clásicos del cine de terror de la Universal, marcaron toda una época en la historia del cine. Ellos ampliaron los estereotipos de los relatos góticos de horror.
 
La actriz canadiense Florence Lawrence, fue conocida como la "Chica Biograph", aunque fue realmente la primera estrella de la historia del cine.

 
Difícil desentenderse del tema del "star system", cuando se quiere abordar la ilusión que provoca en la masa, el rostro y la figura de un actor o una actriz. 
Difícil, porque todo comenzó en la Meca del Cine en Hollywood, en los lejanos tiempos de la década de los años diez del siglo pasado.
Un estudio de cine era "una colección de cierta clase de estrellas; ya que cada estudio enfatizaba una variedad diferente. Aquí está el Hombre Peligroso, despiadado y romántico. Allá el Héroe Folclórico, el Dandy de Tocador, acullá, la Reina del Estudio, majestuosamente versátil, y la Bondadosa y la Pecadora. Hay payasos, Hay gente de prestigio, de la escena inglesa. El triunfo de un estereotipo determinado llevaba al estudio a la búsqueda de otros ejemplos de ese mismo calado, para ganar otra vez, pero también para mitigar el riesgo en casos de enfermedad o fatiga", como recordó Ethan Mordden en su valioso libro del fenómeno.
Con la creación del "close-up" ( primer plano ), se concretó la adoración sentimental del público por los rostros generados desde la industria del cine. 
Antes, únicamente pervivían seres anónimos sólo conocidos por el espectador, a través de una productora ( "la chica de Vitagraph", "El galán de la "Monogram" ) o del renombre obtenido por ellos, en otras áreas del mundo artístico.
Tal modalidad, gatillaba la extrema admiración de las plateas por un rostro de una personalidad determinada. 
Esta actitud fue descubierta por el productor Carl Laemmle, quien creó el término "star" para denominar al profesional que suscitaba fervorosa atención de sus seguidores.
Partió con la joven Florence Lawrence, para la que preparó un lanzamiento publicitario realmente innovador. En la portada de un diario de Saint Louis, publicó "la muerte de la chica de la Biograph" producto de un accidente automovilístico, hecho que desmintió al día siguiente, para anunciar el nombre real de la actriz y sus próximas películas rodadas bajo su tutela.
Esta anécdota, fue el comienzo de la explotación de los intérpretes, utilizando técnicas de publicidad más o menos moldeables, que se transformaron en la década siguiente, en las stars definitivas que alimentaron la producción de la industria.
Al amparo de esta consigna, numerosas hordas de principiantes emigraron a probar fortuna en la costa oeste en California, soñando con que algún día su nombre ( el real o el falsificado para la ocasión ), encabezara las listas del top ten en la "Variety".

Los Grandes Magnates.
 
El padre de "Universal" Carl Laemmle ( al centro ) en el set de "Surrender", con Ivan Mosiukine, Mary Philban, el supervisor Paul Kohner, el director Edward Sloaman y Nigel Brulier.

 
Adolph Zukor en 1950. El padre de la "Paramount" estipuló que las estrellas son inseparables de una dirección con talento.


 
Celebrando el cumpleaños número 61 del actor Lionel Barrymore ( de humita ), aparecen Mickey Rooney, Norma Shearer, Robert Montgomery, Clark Gable, el propietario de MGM Louis B.Mayer ( detrás del festejado de negro ), William Powell, Rosalind Russell y Robert Taylor.


 
En la entrega de los "Golden Globe", John Huston el director de "El Tesoro de Sierra Madre", la actriz Jane Wyman de "Johnny Belinda" y el productor Jack L.Warner de la "Warner Brothers".


El productor Darryl L.Zanuck de la "20th.Century Fox", la prodigio Shirley Temple y su hija Darrylin.
 
El primer gran productor independiente Samuel Goldwyn, salido de las huestes de la "Metro Goldwyn Mayer".


El productor David O.Selznick que logró sendos éxitos con "Lo Que el Viento se llevó" y "Duelo al Sol".

Al surgimiento del fenómeno del "star-system", se une la generación de magnates que crearon Hollywood y lo transformaron en el negocio más poderoso de Estados Unidos después del automóvil. 
Al lado de los veteranos Carl Laemmle, Adolph Zukor , Louis B.Mayer, Irving Thalberg, Samuel Goldwyn y Jack Warner, que se convirtieron en figuras importantes en el período mudo, llegaron con el advenimiento del sonido, Darryl Zanuck, David O.Selznick y Harry Cohn, que cimentaron las reglas del sistema para mantener el éxito de sus respectivos negocios.
Desde esta perspectiva, debemos entender que, cada magnate integraba parte de su propia naturaleza en el estudio, con sus pro y contra, acentuando su implacable dominio y egocentrismo en el manejo de sus estrellas.
De esta forma, cada uno reacciona de diferente manera a la noción de una estrella prestigiosa, un director relevante o una película de éxito. 
En diversos instantes de su trabajo, el prestigio de un estudio descansará, o en el talento de un cineasta de trayectoria, o en el renombrado valor que tienen sus actores en el gusto nacional.
"Para Samuel Goldwyn, el prestigio era una obra escrita por un neoyorquino, para David Selznick una adaptación de Dickens. Para Carl Laemmle, una película prestigiosa tenía que ser grandiosa, para Harry Cohn una película prestigiosa tenía que ser grandiosa y larga, para Irving Thalberg una película prestigiosa tenía que ser grandiosa, larga , pulida, brillante y edificante".
En todo este concierto, el actor pasó a ser el "producto" base para vender una película. Por eso, los estudios se dedicaron con esmero a perfeccionar sus tipologías.
Cuadrillas de peluqueros, manicures, diseñadores de vestuario, fotógrafos que se especializaron en desarrollar la fotogenia de cada figura ( George Hurrell, Clarence Sinclair Bull o Edward Steichen ), vinieron a extender la "fábula" que provocaba un rostro hermoso o distinguido en la audiencia.
Del mismo modo, las stars se debían someter a regímenes estrictos de alimentación, horas de gimnasio, natación y atletismo, publicidad y promoción.
En la mitología , cualquier recurso original que sirviera para elevar el prestigio de una star era utilizable. Biografías "idealizadas" por los medios de comunicación, convirtieron a actores europeos en intérpretes americanos capaces de dar con el "american way of life" que se pretendía incentivar a través de las películas. Por eso, los productores eran verdaderos "padres" de las estrellas, que les cuidaban a nivel de su propia intimidad. Así, muchos escándalos atribuibles a los actores, o eran tergiversados por la prensa o sobredimensionados para beneplácito de su propia popularidad.  
Todo ello para alcanzar el cenit en la competitividad que exigía mantenerse en el pináculo del Olimpo Hollywoodiense.

Ellos : Múltiples Personalidades.

 
Rodolfo Valentino y Vilma Banky en : "El hijo del Sheik".


Douglas Fairbanks en "El ladrón de Bagdad", que se caracteriza por su fuerza y vitalidad.

  
En una humorada, aparecen el actor George O"Brien, las actrices Margaret Livingston y Janet Gaynor replicándole por los altavoces al director de "Sunrise", F.W.Murnau.


Otro chascarro, el actor James Murray tocando el contrabajo con la yuda del director de "La Multitud", King Vidor.

El ídolo de otros tiempos John Gilbert junto a Greta Garbo en "Love".
 
Los suecos Nils Asther y Greta Garbo en la película americana "Wild Orchilds".

Ramón Novarro frente al idílico paisaje de : "A Certain Young Man".


Continuando la huella de Valentino como "latin lover" Gilbert Roland,  aparece en : "New York Nights", junto a Norma Talmadge y Roscoe Karns.
  
El legendario Lon Chaney Sr, en uno de sus roles emblemáticos como Quasimodo en "El Jorobado Notre Dame".



En el período mudo, fueron varios los galanes que lograron estatura universal. Un mito importante fue Rodolfo Valentino que dejó exaltar el estereotipo del latin lover abrazado a bellezas virginales como Vilma Banky, Alice Terry y Lita Lee.
Una de sus películas más célebres "Sangre y Arena" ( Blood and Sand", 1922) de Fred Niblo, le permitió potenciar su imagen de macho viril, objeto del deseo sexual, en un panegírico que alcanza su cenit en un baile propio del divo, que contrarrestó el aparente primitivismo de sus modos.
Más desenfadado y aventurero, fue Douglas Fairbanks, alegre y atlético saltimbanqui, que animó la extraordinaria versión silente de "El ladrón de Bagdad" ( "The Thief of Bagdad", 1924) de Raoul Walsh. 
Bajo su seudónimo habitual de Elton Thomas, firmó y coguionizó la película, alcanzando para sí mismo, los instantes de máxima tensión y acción, en unos estupendos decorados del genial William Cameron Menzies.
A la rudeza de George O"Brien, que está inolvidable en la película de John Ford, "El Caballo de Hierro" ( "The Iron Horse", 1924), y a los detestables personajes que interpretó Erich Von Stroheim en películas dirigidas por él mismo, como la exhuberante y colosalista "Esposas Frívolas" ( "Foolish Wives", 1922), se contraponen las figuras románticas de Charles Farrell y Richard Barthelmess, insuperables en "El Séptimo Cielo" ( "Seventh Heaven", 1927) de Frank Borzage, y "Lirios Rotos" ( "Broken Blossoms", 1919) de David Wark Griffith, dos magníficos melodramas de insuperable belleza y elocuencia expresiva.
Tampoco es difícil olvidar al estupefacto James Murray en "La Multitud" / "Y el mundo marcha" ( "The Crowd", 1928) de King Vidor, como un insignificante empleado perdido en la más absoluta desolación. O al sensible soldado romántico, Charles Farrell que visita mentalmente a su novia desde las trincheras en "El séptimo cielo" ( "Seventh Heaven", 1927) de Frank Borzage. O al recio gángster que interpreta George Bancroft en "La ley del hampa" ( "Underworld", 1927) de Josef Von Sternberg, que ironiza sus rasgos marginales, para salpicar la pantalla de un aire realista nauseabundo, tributario del mejor expresionismo alemán.
En la era convulsa del swing y del apogeo financiero antes del crack, el cine también masculló las pasiones artificiales de John Gilbert en brazos de Greta Garbo en "El demonio y la carne" ( "Flesh and the devil", 1927) de Clarence Brown y "Ana Karenina" ( "Love", 1927) ; y los refritos solariegos de Wallace Reid y Rod La Rodque. 
Desde Suecia, dió la réplica el genial actor Nils Asther, que lucía sus bíceps en sendas fotos promocionales, a propósito de sus películas rodadas en Hollywood, como : "Tentación" ( "The Single Standard, 1929), uno de los últimos filmes mudos de la Garbo. 
Otro actor sueco que dió la nota alta, fue Lars Hanson, que hizo suspirar a las galerías con su romántico papel en la clásica "El Viento" ( "The Wind", 1928) de Victor Sjöstrom, como compañero de pasiones ilimitadas de Lillian Gish.
Más recio, resultó un antiguo modelo de escultor, Francis X. Bushman que ganó el Concurso "Hombre Ideal" de la revista "Ladies" World", para obtener después un jugoso contrato con el productor Louis B.Meyer, saltando al estrellato como la figura antagónica del refinado Ramón Novarro, en "Ben Hur" ( 1925 ) de Fred Niblo.
Nunca más emblemáticos que los sucesores de Valentino, que se empezaban a contar por cientos. Entre los más famosos estuvieron : Ramón Novarro, Ricardo Cortez y Gilbert Roland, que estrujaron el arquetipo metido en toda clase de producciones románticas endulcoradas, de aventuras coloquiales o relatos dramáticos de cierto talante.
En un lugar muy especial, cabe recordar al único e insustituíble "hombre de las mil caras", Lon Chaney Sr., que incentivó desde la mesa del maquillaje, sus notables transformaciones actorales para : "El Jorobado de Notre Dame" ("The Hutchback of Notre- Dame", 1923) de Wallace Worsley: "El Hombre Que ríe" / "El Hombre Que Recibe el Bofetón" ( "He Who Gets Slapped", 1924) de Victor Sjöstrom; o "El Trío Fantástico" ( "The Unholy Three",1925) de Tod Browning.
Se trata de una personalidad única e irrepetible en la historia del cine. Un camaleón que exploraba con sus creaturas en los lugares más sombríos de la siquis humana, retratándolos con una exquisita sensibilidad sólo atribuíble al genio que fue. Chaney fue insustituíble interpretando monstruos, seres deformes o minusválidos. Y no hubo arquetipos capaces de destronarlo en el ámbito del terror, el thriller y el género fantástico.

 
Ellas : Pecadoras o Ingenuas.
 
Theda Bara fue la primera vamp del cine, que aparece aquí en la película : "The Soul of Buddha".


 
Gloria Swanson de bañista de Mack Sennett a destacar en la película : "Macho y Hembra" de Cecil B.De Mille.


Clara Bow fue la chica con "It", para denominar ese halo irresistible que tenía su sensualidad. Se convirtió en un emblema de la era jazz y en la actriz mejor pagada de la "Paramount".

Lillian Gish fue la actriz predilecta del gran David W. Griffith y una de las heroínas precursoras del melodrama de contexto sicológico. Aquí vestida para "Annie Laurie".
 
La actriz polaca Pola Negri se hizo mundialmente conocida en cintas de reconstrucción histórica, y en el sonoro no tuvo igual fortuna. Ella instauró el erotismo cinematográfico con la mirada europea.


Collen Moore era sobretodo una actriz entrañable, la mejor encarnación de la "flapper".


Mary Pickford interpretó a una adolescente en "Sparrows", una truculenta historia ambientada en una siniestra granja de huérfanos en las pantanosas tierras del sur.

  
Louise Brooks fue la chica perfecta para encarnar a "Lulú" o "La Caja de Pandora", una película que rodó en Alemania después de cumplir un contrato en la "Paramount" por catorce películas, entre las cuales, sobresale también "Una novia en cada puerto" de Howard Hawks.

 
Tres chicas de los "swing times" : Patsy Ruth Miller, Laura La Plante y Esther Ralston en : "Lovely Wives".


El snobismo estético salpicó los primeros años del star system. Se repitieron los modelos impuestos por las grandes divas de la época. Surgieron las vamps, apetitosas y venenosas mujeres que poseían al macho cabrío, con la insistencia placentera del contoneo de sus figuras sensuales y ardientes.
Nombres sublimes como : Theda Bara, Greta Garbo, Gloria Swanson, Margareth Livingston o Clara Bow, alzaron las temperaturas corporales de los espectadores masculinos de la época, con sendas películas donde eran perversas pecadoras o ingenuas vampiresas capaces de arrastrar al hombre a su exterminio.
También las hubo expertas en sacar lágrimas, ideales como víctimas del destino, arropadas por la soledad o la humillación, el quebranto en grado máximo, atribuíble a la capacidad emotiva de actrices en la línea de : Lillian Gish, Dorothy Gish, Mae Marsh, Bessie Love, Blanche Sweet, Constance Talmadge, Janet Gaynor, Eleanor Boardman, May McAvoy, Renée Adorée o Florence Vidor. 
La "prima donna" de América fue Geraldine Farrar, que llegó de la Opera al Cine para perpetuarse con la adaptación de "Carmen" ( 1915) de Cecil B.De Mille, según la obra de Bizet.
También marcó una época, la actriz polaca Pola Negri, que inició una carrera con Ernst Lubistch, quien decidió trasladarla de Alemania a Estados Unidos para trabajar para el productor Adolph Zukor
Su fuerte eran las películas de recargado barroquismo y grandes reconstrucciones históricas, donde se impuso como una diva adorada por multitud de fans, que la seguían para todas partes con un frenesí rayano en la locura. 
Títulos emblemáticos de su carrera son : "Carmen" ( 1918), "Madame Dubarry" ( 1919), Sumurum, una noche en Arabia" ( 1920), "Forbidden Paradise" ( 1924) y "Hotel Imperial" ( 1927).
Collen Moore fue otra de las actrices destacadas que marcaron una época.
El crítico Graham Fuller anota : "En 1920 F.Scott Fitzgerald plasmó de manera simbólica la loca década que vivió en la novela A este lado del paraíso, y Olive Thomas que había creado la femme fatale en Upstairs ans Down, 1919, interpretó a una colegiala que imitaba a una jazz baby en The Flapper. Para Fitzgerald, Collen Moore fue la flapper por excelencia gracias a su interpretación en Flaming Youth, 1923. Moore se convirtió en un fenómeno comercial, pero era entrañable más que seductora".  
Sin embargo, nadie fue más famosa que la pequeña Mary Pickford, la encarnación perfecta de "la novia de América", que ofrecía a sus fans, un trabajo memorable como : "Rosita, la cantante callejera" ( "Rosita", 1923) de Ernst Lubistch, que la crítica calificó como "una actuación exquisita, distinguida y encantadora".
Su matrimonio con Owen Moore fue tormentoso, pero su unión con Douglas Fairbanks, le llevó a la cima de la popularidad.
Ella en colaboración con su marido, Charles Chaplin y David Wark Griffith fundó la productora "United Artist" y labró una interesante carrera, que en en 1929 le hizo merecedora del Oscar por su rol en "Coquette" de Sam Taylor.

En algún sentido, la expresividad de una artista pasaba también por lo corporal. 
Recuerden esos delgados brazos de Zazu Pitts estirados hacia el dinero, en el plano detalle más característico de "Avaricia" ( "Greed", 1924) de Erich von Stroheim. O la refrescante telefonista que interpreta Barbara Kent, que se enamora para perder a su pareja estrepitosamente llorando y golpeando las paredes en : "Soledad" ( "Lonesome" , 1928) de Paul Fejos. O incluso, la subyugante figura sensual de Louise Brooks, que perpetúo un corte de pelo característico y una personalidad como vamp y víctima, en la inolvidable "Lulú" ( "La Caja de Pandora",1929) dirigida en Alemania por Georg W.Pabst. 
El recordado crítico Guillermo Cabrera Infante, define a la Brooks como : "un misterio evidente : su cara esconde lo que exhibe, la más inmediata realidad del animal debajo de la apariencia sociable : la seda, el pelo peinado a lo paje equívoco, la boca decididamente unívoca. Detrás de esa máscara transparente está la voz del sexo. Louise Brooks es el sexo : desnudo, directo, perverso". 
De entre todas ellas, ninguna más temerosa, que la rubicunda Laura La Plante, en la película precursora del terror : "El Gato y el Canario" ( "The Cat and the canary",1927) de Paul Leni, que se desarrollaba en una vieja mansión azotada por un aparente fantasma.
La Plante hizo mucho filme B después con la llegada del sonido, incluso westerns rápidos con un desconocido John Wayne, pero nunca estuvo más adecuada que en esta clásica película de espectros y atmósferas lúgubres.

 
Edna Purviance, actriz y pareja de Charles Chaplin, consolidó una imagen exclusivamente dedicada a la obra del genial bufo.


 
Virginia Cherrill se inmortalizó en "Luces de la Ciudad" de Chaplin y su carrera meteórica sólo llegó hasta 1931.


Buster Keaton rodeada de chicas hermosas, tuvo entre sus fieles compañeras de filmación a Virginia Fox, que después se casó con el productor Darryl Zanuck y se retiró del cine.
 
Bene Danields fue la compera ideal de Harold Lloyd en un serial de gran éxito.



Más adorables y vulnerables, resultaban las heroínas de Charles Chaplin : Edna Purviance en el magnífico melodrama "Una Mujer de París" ( "A Woman of Paris", 1923), el punto culminante de su colaboración con el genial maestro del cine bufo; Georgia Hale que hizo suya su colaboración, como prostituta de la que se enamora Charlot en : "La Quimera del Oro" ( "The Gold Rush", 1925); Merna Kennedy como la amazona de "El Circo" ( "The Circus",1928); la hermosa Virginia Cherrill como la vendedora de violetas ciega que ayuda Charlot con una operación para devolverle la vista en "Luces de la Ciudad" ( 1931), y la energizante Paulette Goddard en "Tiempos Modernos" ( "Modern Times", 1936 ), como la joven huérfana que empareja a Charlot, para caminar hacia el horizonte infinito con el hombre de su vida.          

En este período, hubo actrices para todos los calados : Virginia Fox, Kathryn McGuire, Margaret Leahy, Ruth Dwyer y Marion Mack, que cosecharon sus pinitos en distintas películas de Buster Keaton. 
O actrices teatrales como Bebe Danields, que extendió su popularidad en el cine, de la mano de Harold Lloyd con el que interpretó el serial "Lonesome Luke" ( 1915-18), con gran éxito.


Heroínas de distinto calado.

Nita Naldi fue la contraparte de Valentino en tres películas. Aquí aparece en : "The Breaking Point".
 
Betty Bronson en su papel de "Peter Pan". Después de algunas películas de interés, la actriz sufrió el destierro a películas de segundo orden.


Marion Davies protegida de William Randolph Hearsth , se convirtió en una actriz perfecta para comedias sofisticadas o mundanas.

  
Betty Compson se especializó en roles controvertidos o refinados como en : "The Belle of Broadway".

 
Lois Wilson y Wallace Reid en "Hell Diggers". La actriz se hizo famosa en el primitivo western "La Caravana de Oregón".


Cada estereotipo femenino respondía a alguna obstinada visión onírica. Muchas de estas actrices, llegaron a ser estrellas, porque fueron la solución a las interrogantes masculinas del ideal del sex apple, aunque no todas eran del mismo talante.  
Nita Naldi fue una respuesta al latinismo agresivo de Valentino en : "Sangre y Arena" ( "Blood and Sand", 1922), "El diablo santificado" ( "A Sainted Devil", 1924) y Cobra" ( "Cobra", 1925), pero terminó recalando en los fastos históricos de Cecil B.De Mille como : "Los 10 Mandamientos" ( "The Ten Commandments", 1923 ).
Betty Bronson fue una refrescante heroína transmutada en "Peter Pan" ( "Peter Pan" ( 1926) y "La Cenicienta" ( "A kiss for Cinderella", 1926 ) , ambas dirigidas por Herbert Brenon, para luego quedar relegada injustamente a desempeñar papeles menores y un western sin trascendencia sobre un relato de Zane Grey. Cabe destacar, su papel de la "Virgen María" en el clásico "Ben Hur", la versión de 1925.
Protegida del magnate de la prensa amarilla, William Randolph Hearsth, la actriz y bailarina Marion Davies, se transformó en una experta en comedias de situaciones, cosechando algunos de sus lustros con : "The Fair Coed" ( 1927) de de Sam Wood, "Show People" ( 1928) de King Vidor y "Going Hollywood" ( 1933) de Raoul Walsh. 
Actriz especializada en personajes controvertidos, marginales y desposeídos de seguridad, Betty Compson logró trabajar con varios maestros del cine de su tiempo, entre los cuales se cuentan : D.W.Griffith ( "The Sorrow of Satan", 1926), James Cruze ( "The Pony Express", 1925 ), Tod Browning ( "The Big City", 1928) y John Ford ( Steamboad Round The Bend", 1935).
Así formó una reputación que sólo estaba asignada a un puñado de bellezas con talento.

Más versátil fue Olga Baclanova, que interpretó a la duquesa josiana en "El Hombre Que Ríe" ( "The Man Who Laughs, 1928) de Paul Leni, y un rol más dramático y realista en "Los muelles de Nueva York" ( "The Dooks of New York, 1928), como una joven suicida rescatada de las aguas por un rudo fogonero. Aunque su rol más recordado, lo desempeñó en el sonoro, como la trapecista Cleopatra que termina transformada en un pollo humano por su ambiciosa personalidad, en la escalofriante "El Circo Barnum" ( "Freaks!", 1932 ) de Tod Browning.
Las mujeres del far west también tuvieron su espacio en la industria. Hubo un puñado de figuras célebres, entre las que se pueden recordar a : Barbara Bedford, compañera de correrías de Wallace Beery, William S.Hart y Buck Jones;  la insuperable Molly Malone compañera de Harry Carey Sr.; Helen Gibson pareja de Hoot Gibson; Madge Bellamy de George O"Brien,  y las olvidadas Seena Owens, Peggy Pearce, Gloria Hope, Mary Warren, Virginia True Boardman, Leatrice Joy y Lois Wilson, la entrañable heroína de "La Caravana de Oregón" ( "The Covered Wagon", 1924) de James Cruze.  Todas en su momento, conocieron la popularidad encendida de los fans, pero abortaron con la irrupción del sonido.



En los albores del sonido.

Al conmemorarse los cien años del cine, la cadena TNT realizó una encuesta para definir los 100 actores más importantes del cine norteamericano. Spencer Tracy encabezó la lista adjudicándose el primer lugar.
 
Uno de sus roles característicos como el Padre Flannagan en "La ciudad de los muchachos".


Como el ambicioso científico de "Dr.Jekyll & Mr.Hyde".
Clark Gable fue el mito erótico masculino más importante de los inicios del cine sonoro. Aquí con Mamo Clarke en el clásico de aventuras : "Motín a Bordo".
  
En el rodaje de "Lo Que el Viento se llevó", Gable con Vivien Leigh.


Inmortalizando su fama de galán en "Lo Que el Viento se llevó", como Rhett Butler encantando a Scarlett O"Hara. El encantamiento de un beso, puede derribar hasta las estatuas de la plaza.

Como se especificó anteriormente, con el advenimiento del sonido, varios actores paulatinamente debieron retirarse del negocio de las películas. Entre los varones, un caso emblemático fue el otrora galán romántico John Gilbert, que claudicó su promisoria carrera cuando no logró adaptarse al sonido y terminó sus días alcoholizado. Los grandes cómicos del cine silente como Buster Keaton o Harry Langdon, no lograron remontar su trayectoria, feneciendo o transmutando en tareas de segundo orden.  
En esta evolución drástica e inmerecida al dominar la nueva tecnología de Vitaphone, surgió una nueva camada de intérpretes que, provenían del teatro, las variedades, la radio, o sencillamente aparecieron en el cine, para cimentarse y crecer dentro de la industria.   
Un repaso somero entre los actores de los años 30 y 40, debe considerar al "pequeño-gigante" de la interpretación "todo terreno" , Spencer Tracy, que debutó en el cine en 1930.  
Capaz de improvisar frente a cámara, sin demostrar artificios histriónicos muy evidentes, se hizo una reputación en base a roles de personajes simpáticos, bondadosos, cazurreros y protectores. 
"Furia" ( "Fury", 1936) de Fritz Lang, "Capitanes Intrépidos" ( "Captains Courages", 1937) de Victor Fleming, "La ciudad de los muchachos" ( "Boys Town", 1938) de Norman Taurog y "Dr.Jekyll & Mr.Hyde" ( 1941) de Victor Fleming, entre muchas otras películas, bastarían para colocarlo en las antologías del cine americano. 
No sólo sabía acceder a papeles complejos, sino que traspasaba la elocuencia y la artificialidad de sus arquetipos, con una soltura y naturalidad que le hace impagable cuando interpretaba roles de sacerdote, abogado, aventurero, inventor, cowboy, padre de la novia y político ambidiestro, intachable y agorero.  
En otro aspecto, un ex-estudiante de medicina, Clark Gable se transformó en el ícono del cine romántico. 
Su evolución corre en paralelo a su consagración, pues pasó de ser un actor práctico multifuncional a uno maduro como galán, irónico como comediante, autosuficiente como aventurero, compañero insustituíble de Ava Gardner, Grace Kelly y Marilyn Monroe. 
Nunca más clásico que como Rhett Butler en "Lo Que el Viento se llevó" ( "Gone with the Wind", 1939), donde definió su arquetipo de "chulo, travieso, lenguaraz, franco, indomable y romántico". 
"El Rey" logró así un "trono" en las taquillas del negocio, que nunca desestimó su sonrisa burlesca, su marcada arrogancia y sobretodo, su infinita solvencia en papeles que eran derivaciones del mismo Rhett Butler, como en :  "San Francisco" ( "San Francisco", 1936), "Mogambo" ( "Mogambo", 1953) "Los Implacables" ( "The Tall Men", 1955) y "Los Inadaptados" ( "The Misfist", 1961). 
En algún modo, Gable consolidó la imagen del estereotipo del galán rompecorazones que, no se deja dominar, ni por la ansiedad de su apetito sexual, ni por la frescura de sus condicionamientos profesionales.




Galanes y Aventureros.


Errol Flynn fue el sucesor de Douglas Fairbanks en el cine de aventuras y el protagonista ideal de : "Las Aventuras de Robin Hood". Joven, fresco, sonriente y siempre muy hábil con el arco y la flecha.
  
Su revelación en la Warner como "El Capitán Blood", lo transformó en el arquetipo de las películas de piratas.

 
Con Olivia De Havilland hizo ocho películas como "La carga de la brigada ligera".


Cary Grant demostrando su enorme talento para la comedia dislocada en : "La Fiera de mi niña".

 
Con las característicos Josephine Hull y Jean Adair en "Arsénico y Encaje Antiguo".

 
Siempre vital y carismático, en la película de aventuras en la legión extranjera :"Gunga Din" con Victor McLaglen.



Heredero encubierto de Douglas Fairbanks, el actor Errol Flynn que partió en una pequeña película en Australia, cosechó la gloria al transformarse en el ícono del cine de aventuras americano. 
Incuestionable como "El Capitán Blood" ( "Captain Blood", 1935 ) de Michael Curtiz, que patentó el cine de piratas; o como el abnegado soldado capaz de morir por su patria o por el amor de Olivia De Havilland en : "La carga de la brigada ligera" ( "The Charge of the light brigade",1936) y "Murieron con las botas puestas" ( "They died with their boots on", 1941);  Flynn también transmitió la imagen de un vividor pendenciero, más refrescante que cualquier Gable o Tracy juntos. 
Su sonrisa coloquial, su postura escénica, su aire deportivo, refrescante y vitalista, lo transformaron en el adalid ideal de las chicas y el tipo que todos los amantes masculinos envidian.
Para Flynn, una cinta de corsarios, piratas o defensores del pueblo, podía ser más importante que la vida misma. 
Tanto en el cine como en la vida privada, se tomaba con tal ansiedad su rol de galán, que murió en los brazos de una joven siendo un maduro artista, con la complicidad de haber disfrutado una vida terrenal con todos los placeres que da la existencia de una superestrella.
Nunca un papel le quedó mejor, que cuando hizo del defensor de los pobres en "Las aventuras de Robin Hood"/ "Robin de los bosques" ( "The adventures of Robin Hood", 1938), y quizás nunca apareció mejor asumido que como un boxeador nato en "Gentlemen Jim" ( 1942). 
Sin embargo, nosotros todavía le admiramos en "Kim de la India" ("Kim", 1950), como el protector del pequeño Dean Stockwell, porque aparecía muy paternalista, y tan vulnerable como el chiquillo que le tocaba cuidar y guiar.
Si en el mundo de las comedias conyugales Spencer Tracy resultaba insuperable, el drama romántico debía ser entonces para Clark Gable y las películas de aventuras para Errol Flynn
Aunque en esos años, también surgió un modelo de actor eficiente, que no encontró paragón suficiente que le imitara. Me refiero a Cary Grant, el joven de Bristol, que se hizo particularmente impagable en las comedias rápidas y alocadas de George Cukor, Frank Capra, Leo McCarey y Howard Hawks
Grant tenía un timing especial en el fraseo de los diálogos, porque acomodaba su postura de impecable dandy a roles demasiado vertiginosos, que le exigía estar en forma y hablar con humor, un sentido de la complicidad aplastante y una alocada manera de transmitir la ansiedad y el vértigo. 
Sólo fue más, en las películas de suspenso de Alfred Hitchcock, quizás porque supo evitar el encasillamiento con la disciplina de los veteranos.
Véanlo en "La Fiera de mi niña" ( "Briging Up Baby", 1938) y compárenlo en sus incursiones en el thriller con : "Tuyo es mi corazón" / "Encadenados" ( "Notorius", 1946), "Como atrapar a un ladrón" ( "To catch a thief", 1955) o "Intriga Internacional" ( "North by northwest", 1959).  
Tampoco podían faltar en papeles de galanes ideales : Robert Montgomery, William Powell, Ronald Colman, Melvyn Douglas, John Garfield, Leslie Howard, Dick Powell, John Boles, Charles Boyer, Don Ameche, George Brent, Richard Dix y Warner Baxter
Todos en distinta forma, daban la medida de rompecorazones profesionales, en tiempos en que las películas concluían con el "The End" característico de "chico encuentra a chica y la besa". Fade Out. 



Jóvenes Promesas Olvidadas.

 
Richard Cromwell en su papel estelar en el drama rural "Tol"Able David" junto a Joan Peers.


Eddie Quillan estuvo dramático y autoexigido junto a Clark Gable en "Motín a bordo" ( foto) y mucho más distante en "Uvas de Ira".

 
Tim Holt con Humphrey Bogart en "El Tesoro de Sierra Madre". Notable actor utilizado por Welles en "Los Magníficos Amberson", fue sin embargo, relegado a papeles en westerns de segundo orden.

 
Frank Lawton con W.C.Fields y Jean Cadell en "David Copperfield". Nunca más logró estar a la altura de esta atesorable versión del clásico de Dickens.


Dentro de todo este panorama de intérpretes adorados por las plateas, hubo un puñado de promesas que sólo vieron la luz en ocasiones determinantes y que no lograron ampliar sus dotes, porque no tuvieron la oportunidad suficiente, o sencillamente, fueron relgados a roles secundarios.
La postura de rebelde carismático de Richard Cromwell, en el drama rural: "Tol"Able David" ( 1930), una "remake" de un título importante de Henry King, no logró ampliar el registro profesional, de quien es considerado antecedente directo de James Dean, Montgomery Clift o Marlon Brando. 
A su modo, Cromwell era un "self made man", un hombre hecho así mismo. Segundo de cinco hermanos, su padre murió de influenza en España, y para subsistir tuvo que vender periódicos y dedicarse a oficios menores como hombre de mantenimiento, custodio de hotel y vendedor de fuente de soda.  
Estudiante del "Chouinard Art Institute" en Los Angeles, debutó en el cine en 1930, logrando una meteórica carrera de cuarenta películas, casi siempre en papeles de segundo orden, en películas de John Ford ( "Cuatro hombres y una plegaria" / "Four Men and a prayer", 1938; "El Joven Lincoln" / "The Young Lincoln", 1939) , William Wyler ( "Jezabel",1938) o Michael Curtiz ( "Tres lanceros de Bengala" / "The Lives of a Bengal Lancer", 1935), por la que fue nominado al Oscar ).  
Más fascineroso, obsesivo y dramático fue el joven Eddie Quillan, actor de vaudeville que llegó al cine iniciándose con Mack Sennett
Su apuesta figura de adolescente tímido, calzó como anillo al dedo, en los papeles secundarios que obtuvo en películas de primera línea, como : "Motín a bordo" ( 1935), "El Joven Lincoln" ( 1939) o "Las Uvas de Ira" ( 1940).
Nunca fue más que eso. 
La lista de figuras emergentes, que prometieron más de lo que se esperaba de sus carreras, es sustanciosa e ilimitada y debe considerar los nombres de : Gavin Gordon, Douglas Walton, Edward Woods, Arthur Lake, Lee Bowman, Marc Lawrence, George Reeves, Robert Allen, John Howard, Harry Lewis, John Buckler, Mala, David Manners, Dennis Morgan, Alan Curtis, y un largo etc.
Otros ejemplos. Tim Holt fue un notable secundario en los westerns de John Ford, y un magnífico actor de compañía en : "El Tesoro de Sierra Madre ( "The Treasure of Sierra Madre", 1948) de John Huston y "Los Magníficos Amberson" ( "The Magnificent Ambersen", 1941) de Orson Welles, para terminar sus días en películas B y cintas intrascendentes.   
El británico Frank Lawton, se convirtió en un experto en melodramas de época y logró una reputación destacada en Estados Unidos, interpretando el rol central en la maravillosa versión del cuento de Charles Dickens : "David Copperfield" ( 1935 ) de George Cukor.  
Su carrera posterior, incluye astracanadas B y películas, que ni la mamá del actor recuerda, pese a que filmó 24 largometrajes para la pantalla grande y tres producciones para la televisión.
 ¿ Que hicieron que sus carreras no prosperaran ? 
Grandes misterios del "star system". Quizás, tenían personalidades demasiado individualistas, que no se dejaban amoldar a los designios de la industria. O, decididamente, no calzaban con ninguno de los patrones que dominaban el negocio. A su modo, cada uno de ellos, brilló como luz de un sólo día.


Tipologías determinantes. 

 
James Cagney y Humphrey Bogart, íconos determinantes del cine policial.


Gary Cooper fue unos de los cowboys más característicos del género como lo demostró en "Policía Montada del Canadá".

John Wayne en "The Sheperd of the Hills", uno de los numerosos westerns que ayudaron a cimentar su fama de actor recio y nacionalista.


En este período, se consolidan las tipologías de los actores especializados en géneros. 
Para las cintas policiales, relatos gangsteriles o thrillers de atmósferas enrarecidas, eran ideales : Humphrey Bogart, James Cagney, George Raft, Paul Muni y Edward G. Robinson.
El crítico español Terence Moix apuntó una vez, acerca de Bogart :   
"Podía ser duro, pero también tierno. Agresor y defensor. Golfo y caballero. Amado y odiado. Había visto demasiadas cosas para ilusionarse con facilidad. Estaba de vuelta. El sarcasmo, la decepción profundamente asumida y una notable dosis de desprecio, fueron sus mejores armas para moverse entre los turbios ambientes de la inmediata posguerra". 
Respecto a James Cagney, el escritor Ethan Mordden , resaltó : "Incuestionablemente, la estrella fundamental de la Warner era Cagney. Como arquetipo, era desagradable, pero fácil de amar, si tomamos la energía y una infinita autoestima como las principales virtudes. Mirando hacia atrás, mucho más tarde, Cagney afirmó que el ponía un trozo de gorila en todo lo que interpretaba. Es decir, trabajando sobre los muchachos con los que había crecido en Nueva York, los héroes y los punkies, los derrochadores perdidos y los calculadores, los individualistas y los apegados a la manada. Cagney deslizaba un poco de todo en sus retratos, y lo cargaba con una enorme potencia de agresividad masculina".

En los relatos del lejano Oeste, fueron íconos del género : Gary Cooper, John Wayne, Joel McCrea, Henry Fonda, Gene Autry, Roy Rogers, y más tarde,  James Stewart, Audie Murphy y Randolph Scott.
El recordado especialista Angel Fernández Santos escribió sobre John Wayne : 
"Su personaje está estrechamente ligado al prototipo de la ideología conservadora americana. Por otra parte, su vida y sus tomas de posición en los temas sociales y políticos estadounidenses, coinciden plenamente con la imagen que él da de sí mismo en sus películas. Wayne constituye el símbolo de la American Legion de la que fue un fiel e incondicional partidario". 


Fred Astaire y Ginger Rogers desde : "Volando a Río" ( 1933) hasta "The Barkeleys of Broadway" ( 1949) trabajaron juntos en nueve películas, convirtiéndose en la pareja de baile más emblemática del musical.
  
Johnny Weismüller junto a Maureen O"Sullivan y el pequeño Johnny Sheffield, hicieron las delicias de las matinés con la saga de "Tarzán, el Hombre Mono" , seis películas producidas para la MGM y seis para la RKO. Claro que después con Brenda Joyce en el papel de Jane.



 
Buster Crabbe como "Flash Gordon" convirtió al serial de fantasía en un fenómeno de taquilla.

 
En el género musical, la figura insigne de Fred Astaire en el cine desde 1933, haciendo pareja con Ginger Rogers es insustituíble. 
Dominó la escena durante tres décadas, y dejó de paso, un legado difícil de superar. 
Desde esos pisos encerados de los musicales en blanco y negro de la RKO a los pisos encerados y el fulgurante technicolor de la Unidad Freed en la MGM, Astaire fue un caso único. Un prodigio extraordinario, que no conoció imitadores que le hicieran real competencia.  
Tal vez, sólo Gene Kelly a distancia, le emule, pero con una coreografía "obrera" que dejó guardados para siempre el sombrero de copa y la levita refinada en el vestidor del negocio de enfrente. 
A escala juvenil Mickey Rooney logró trascender con la serie de "La Familia del Juez Harvey", y después en el musical de la mano de Judy Garland, en sendos trabajos dirigidos por Busby Berkeley.
En el género de la opereta, Nelson Eddy se sacó todos los laureles preguntando ¿ Dónde estas amor ? a la energética Jeanette MacDonald. 
Bing Crosby y Bob Hope, cantante y cómico, constituyeron un dúo singular, que animó el período entre guerras y consolidó la comedia de secuelas titulada "Road to..."
Para las comedias humorísticas, eran figuras sobresalientes : Los Hermanos Marx y su desequilibrantes gags llenos de gracejo y desparpajo; Laurel & Hardy que pasaron del mudo al sonoro con inusitado éxito; los tres hermanos Ritz con sus aventuras para la Fox; el dúo Bert Wheeler y Robert Woolsey que rodaron juntos 21 películas entre 1929 y 1937; y los inefables Abbott & Costello que salieron de la radio, para perpetuarse en la resucitación de los monstruos más clásicos de la Universal.    
En la MGM, por su parte, crecieron artísticamente Van Johnson, Peter Lawford y Frank Sinatra. 
Cada uno de ellos, consolidó la comedia musical a lo Broadway, acercando la cultura neoyorquina del music hall, a todo el mundo de la mano de Gene Kelly, Vincente Minelli y Stanley Donen. 
En los terrenos de la aventura selvática o espacial, Buster Crabbe fue el ícono de la matiné infantil, que sólo encontró competencia en la figura olímpica de Johnny Weismüller, balancéandose de rama en rama con la agilidad de un simio.  
Ambos nadadores expertos, cautivaron a las audiencias doblando a "Tarzán, el hombre mono", y en el caso de Crabbe, al héroe espacial "Flash Gordon", que convirtió al serial en rito público.

Para los dramas románticos o relatos de época, eran infaltables : Robert Taylor, Fredric March, Franchot Tone, Walter Pidgeon, Joseph Cotten, Adolph Menjou, Orson Welles, Richard Dix, Robert Young, William Holden o Melvyn Douglas.
Cada uno de ellos, afianzó sus carreras interpretativas entremezclando talento, vigor, constancia y oficio.  

También consolidaron sus figuras atléticas en la aventura y el romance exótico : Tyrone Power, Burt Lancaster, Ray Milland y Kirk Douglas.
Actores siempre joviales, optimistas, explosivos, nihilistas, autosuficientes, demarcaron las fronteras entre el bien y el mal, con la impronta de su presencia, el atractivo de sus actuaciones y las insospechadas dimensiones de sus arrebatadoras personalidades cinematográficas.
Wallace Beery, Victor McLaglen, Charles Laughton, Brian Don Levy, Vincent Price y Basil Rathbone, se perpetuaron en roles de gran reciedumbre; o eran buenos como la leche malteada o decididamente perversos e intransigentes.
 
Alan Ladd y Veronika Lake en "La dalia azul" : el cine negro también tenía la pareja ideal.


 
Victor Mature nunca fue un actor muy expresivo, pero con Linda Darnell en "Pasión de los Fuertes" estuvo magnífico. Patético y muy dramático.


Boris Karloff está insustituíble en "Frankenstein". Un monstruo que también puede ser adorablemente horripilante.
 
Bela Lugosi no sólo es "Drácula". También es capaz de interpretar a sádicos doctores locos como en "Murders in the Rue Morgue".



El cine negro de los cuarenta, tuvo sus íconos más señeros con : Alan Ladd, Fred MacMurray, Richard Conte, y Richard Widmark.
Podía ser peligrosos, vengativos y pendencieros. Atractivos para las femme fatales de ocasión. Nunca exagerados o vehementes. Circunstanciales como íconos de una genérica forma de simbolizar las oscuras perversiones, que les llevaron a la otra orilla del camino.
Para las películas históricas estaba: Victor Mature, que pasaba con desfachatez de las tierras prehistóricas a los tiempos bíblicos, sin el menor rastro de superación histriónica
Mature representaba al actor en bruto. Limítrofe en sus acciones, inexpresivo y esquemático. 
Al respecto, escribió una vez Terence Moix : "Sin ser nada que se pareciese a un actor, demostró una personalidad poderosa en varias ocasiones. Además, su afición a pasearse por el mundo antiguo disfrazado de centurión romano, esclavo griego, general egipcio o guerrillero árabe, le garantizaría un rinconcito en la imaginería fantástica de toda una generación. Funcionaba mejor Mature, cuando sus papeles le exigían arrogancia, altivez y agresividad". 
Sin duda, que su mejor actuación fue en :"Pasión de los Fuertes" ( "My darling Clementine", 1946) de John Ford, como el tuberculoso Doc Hollyday.
Finalmente en el terror, los expertos de estas décadas fueron : Boris Karloff y Bela Lugosi, que al amparo de los estudios Universal, recrearon las novelas góticas de éxito comprobado. 
El expresionismo alemán se hizo parte en la estética, y los notables recursos expresivos de la dupla Karloff-Lugosi arremetió en el género más fascinante de la juventud.
Mordden apuntó : "Buena parte de la ficción continental del horror depende del uso del horror como algo terrible pero omnipresente, en especial como una metáfora del mal, la sexualidad, la herejía o la culpa. Los personajes de la mayoría de los relatos de horror europeos, no sufren crisis de conciencia. Saben que el mal está ahí. El vampiro es. El enfoque de la Universal especialmente cuando Lugosi y Karloff empiezan a interpretar mortales al mismo tiempo que monstruos , pone al horror fuera de los esquemas humanos. El horror ya nunca más volverá a ser una metáfora de los desórdenes mundiales; es la agresión de un mundo de ultratumba. El vampiro no es. La fuerza del monstruo radica en que la mayoría de la gente, es demasiado pura como para creer en el mal".
Al Drácula y al Frankenstein gótico se unieron después La Momia, El Hombre Invisible y El Hombre Lobo para dicha de gente como : Claude Rains, Basil Rathbone, Lionel Atwill, John Carradine y Lon Chaney Junior.    


Divas Insustituíbles.

Greta Garbo solía imponer a sus coestrellas. El niño Freddie Bartholomew la recordó con emoción y distancia cuando filmó con ella "Anna Karenina".Era un mito secreto, una bóveda hermosa de mirada lejana y solemnidad póetica.

La Garbo era una "máscara inexpugnable" de belleza y misterio.

Marlene Dietrich, el glamour hecho mujer.
 
La estrella en "El Expreso de Shangai". La Dietrich evolucionaría de una calculada sensualidad glamorosa a una naturalidad sin tanto exotismo.


Con la llegada del sonido, se hicieron factible los dramas basados en la realidad o en sendos clásicos de la literatura, donde dominaron sin competencia, dos divas perfectas : Greta Garbo y Marlene Dietrich.
Apunta Ethan Mordden sobre la "Divina Dama" : "Ninguno podía ponerse a la altura de la Garbo, porque ella era el más resonante ejemplar del estudio de las mujeres, todas las fuerzas agrupadas para hacer lo mejor de la Diva, y no había ningún hombre a la vista lo suficientemente grande que le encantara, ni siquiera Gable. ¿ Nil Asther, Ramón Novarro, Robert Taylor ? Des petits déjeuners, la Garbo los devora a a todos. El John Barrymore de Gran Hotel la complementa más que enfrentarse a ella. Fredrich March en Anna Karenina es capaz de darle batalla, cumple con su papel y listo, y el gran Gilbert al hacer su regreso en La Reina Cristina de Suecia, es la sombra aturdida de la estrella, temblando como un perro apaleado. Las coestrellas de la Garbo la reverencian convencionalmente por una momentánea intangibilidad, pero cuando Gilbert le dice Eres una ilusión, te desvanecerás frente a mis ojos, nos preocupamos por Gilbert, no por ella. La Garbo no es un fantasma, es una sobrecarga sensorial."
Si la Garbo era la reina de la MGM con su mirada distante, la Dietrich logró asentarse en la Paramount con una calculada sensualidad.
Seis películas con su promotor y gestor Josef Von Sternberg, la elevaron por los cielos de la popularidad. Eso sí, gradualmente. Porque ella fue de menos a más. Desde la coqueta ambigüedad de la cantante vestida de frac, que culmina al final de una canción cautivadora, besando a una chica en "Marruecos" ( "Morocco",1930) a la glamorosa "Capricho español"/ "El diablo es una mujer" ( "The Devil is a Woman", 1935), la versión de Von Sternberg de Catalina la Grande, y su más dinámica película sonora.
Apunta Mordden : "La Dietrich escala posiciones a  través del ciclo con Sternberg. En el antecedente inmediato El Angel Azul, la Dietrich es la destructora, la vampiresa pura. Como en Marruecos, es una romántica cínica, nacida para amar, sumida en la perdición; en Fatalidad  ocurre lo mismo , con el final del escuadrón de fusilamiento; en El Expreso de Shangai es lo mismo otra vez, pero con un final feliz , aunque con Clive Brook; en La Venus Rubia es un ama de casa, juguete de los hombres; y en Capricho espol, vuelve al papel de mujer irresistible. Estos son todos los retratos de director sobre Vampiresas, todos los estudios de la Dietrich como la némesis y compañera inseparable de Sternberg".
 

 Mujeres Independientes.


Bette Davis pasó de mujer vulnerable a mujer déspota y malvada con una versatilidad que es puro fuego y profesionalismo.

 
Jean Harlow "la rubia platino" y Clark Gable "El Rey" en "Saratoga", dos mitos del cine de su época.

 
Rita Hayworth para siempre en el conciente colectivo transformada en "Gilda".


 
Vivien Leigh en "El Puente de Waterloo", la belleza inglesa que conquistó Hollywood.



En la era de las mujeres emancipadas, el cine norteamericano instituyó modelos a imitar. Para los roles de villana astuta y condescendiente a los placeres de apuntar una pistola sin pestañear, Bette Davis se llevaba los laureles, pese a que comenzó muy joven, siendo a veces una rubia formal de corazón noble. 
Estudiante de danza en la Mariarden School y de Arte Dramático en la Escuela de John Murray Anderson, la Davis donde funcionó mejor, fue en los dramas contemporáneos o de época del estilo : "Jezabel" ( 1938) o "La Carta" ("The letter", 1940), ambas de William Wyler. Pero era tan versátil, que lograba conmover en los dramas de Edmund Goulding sin dejar de ser vengativa y autosuficiente. 
Un papel arquetipo de su figura, siempre fumando un cigarrillo con aparente desinterés, fue "La extraña pasajera" ( "Now, voyager", 1942) de Irving Rapper, donde fustigaba los clichés, asumiendo que ella era un inmenso cliché de mujer fatal.
Más naturalista estuvo en "A través del bosque" ( "Beyond the forest", 1949) de King Vidor, donde enciende las fogatas con su papel de buena-mala transgresora, ultimando cada diálogo con su parsimonia de mujer ruda-dura y fogosa. Se pagaba caro morir en los fuegos de la obstinada Davis.
Alrededor de estos íconos gigantescos del cine de los 30 y 40, surgieron toda una pléyade de estrellas femeninas de entraña sugestividad.
Mae West ideal en papeles de "mujer-picante"; Jean Harlow en los de mujer deportiva; Barbara Stanwyck en los de chica luchadora y abnegada hasta las lágrimas; Claudette Colbert en los de mujer sexy y elegante; Norma Shearer en los de sofisticada y glamorosa; Katharine Hepburn majestuosa como comedianta intelectual y Jean Arthur siempre querible como mujer emancipada e independiente.
Mary Astor, Kay Francis, Madeleine Carroll, Rochelle Hudson, Margareth Sullavan, Ann Harding, Irene Dunne y Loretta Young, infaltables en papeles de chicas listas, acomodadas, vitalistas, atractivas a rabiar.
Para animar las fiestas con sus dotes de bailarinas, cantantes o deportistas de excepción, no faltaron en los musicales : Jeanette MacDonald, Eleanor Powell, Ethel Merman, Ruby Keeler, Sonja Henie, Alice Faye, Grace Moore, Carmen Miranda, Esther Williams o Kathryn Grayson.
En el arquetipo de la mujer sacrificada o de ingenua buen corazón, destacaban : Sylvia Sidney, Helen Hayes, Jean Muir, Anita Louise, Helen Mack, Nancy Kelly, Heather Angel, Frances Dee o Evelyn Venable.  
Muchos pagaban el pato, por caer fulminados por amor a estas preciosas chicas.
Como parejas de baile, estaban siempre reluciendo en todo su brillo y esplendor, Ginger Rogers eterna pareja de Astaire dentro y fuera de los sets, la primigenia Rita Hayworth que sufrió una camaleónica transformación a su favor desde "Los ángeles tienen alas" a la estupenda "Gilda", inolvidable con ese striptease del guante masturbatorio; y la exquisita Ann Miller con unas piernas tan torneadas como las de una odalisca en erupción. Quien no moriría saltando al volcán por esas exquisitas piernas de la Miller.
Para papeles más regresivos, Karen Morley o Helen Westley eran insuperables y como íconos más acelerados y felices marcaron toda una época, las vitalistas Rosalind Russell , genial en la comedia, y Maureen O"Sullivan que se probó el traje de "Jane", para quedarse definitivamente en la selva en los niditos de amor de "Tarzán, el rey de los monos". ¿ Quien no tuvo sueños lascivos con ella en traje de Eva ?
Señorona de otros tiempos, Greer Garson era indispensable en filmes de época y comedias familiares, y aunque Vivien Leigh fue siempre más popular por su Scarlett Ohara de "Lo Que el Viento se llevó", nunca pudo más que Olivia De Havilland, que siempre fue más energizante en los filmes de aventuras con Errol Flynn.
Entre las "nenas" prodigiosas que encendían cualquier fogata con su entusiasmo y positivismo, estaban : Judy Garland, Ann Blyth, Deanna Durbin, June Allyson, Janet Leigh, Virginia Grey , Susan Haywarth, y más adelante, Elizabeth Taylor los "ojos color violeta" más intrigantes de la historia del cine.  
Para los destellos terroríficos de entonces , nunca mejor que los gritos despavoridos de Fay Wray en "King Kong", a guisa de otras chicas que le hacían la competencia en las cintas de terror de la Universal como : Helen Chandler, Frances Dade, Elizabeth Allan, Gloria Stuart, Mae Clarke, Zita Johann, Elsa Lanchester, y la chilenísima Evelyn Ankers.



Aventureras y Dramáticas. 

Dorothy Lamour y Jon Hall en "Huracán sobre la isla"/"El Huracán". Ella siempre estuvo ideal como mujer exótica y sentimental, enamorada hasta el final de los galanes de turno.
  
Betty Grable , la "pin-up girl" más idolatrada por los soldados durante la Segunda Guerra Mundial.


Jeniffer Jones alcanzó la cima de su talento secundada por su marido, el productor David O.Selznick.
 
Maureen O"Hara en su debut como la gitana Esmeralda en "El jorobado de Notre Dame" / "Notre Dame de París". Ella logró sus mejores papeles con John Ford.


Para las aventuras de media tarde, Dorothy Lamour se convirtió en la "reina de sarong" gracias a los modelitos de Travis Banton que lució en "La princesa de la selva" ( "The Jungle Princess",1936 ), una especie de Tarzana de la jungla, capaz de amar a un explorador blanco sin pedir nada a cambio. Sólo su fidelidad.
Mejores fastos en la taquilla, consiguió la inexpresiva María Montez, cuyos filmes "kitsch" y de absoluta "explotation in situ", cobraron los sueños de los jóvenes que adoraban "Las Mil y una Noches" y "Ali Babá y los cuarenta ladrones".  
De todas ellas, la predilecta fue Betty Grable, ícono de un período de "entertaiment" que era necesario imponer entre conflictos armados de sínodo trágico. 
Apunta Moix : "Ella es inseparable de la memoria sentimental de toda una generación pero, al mismo tiempo, constituye una referencia obligada cuando se trata de una ola de escapismo que se impuso durante la segunda guerra mundial. Su provocativa figura enfundada en un sensual maillot blanco, decoró los barracones de los soldados que combatían en el frente y bajo este aspecto, pasaría a la historia, convertida en un sinónimo de la pin-up girl".  
En el lado dramático, también destacaron : Jane Wyman, un actriz hecha para sufrir en la pantalla y que se consagró con títulos como : "El despertar" ( 1946), "Belinda" ( 1948) y "Magnífica Obsesión" ( 1954); la histriónica Susan Hayward, perfecta como ingenua pero también en roles dinámicos y vitalistas, desde "Beau Geste" ( 1939 ) a " David y Betsabé" ( 1951); Jeniffer Jones , que pese a algunos desaciertos iniciales logró remontar carrera gracias a su marido el productor David O.Selznick por títulos como : Duelo al sol" ("Duel in the sun", 1946) de King Vidor y "Carrie" ( 1952) de William Wyler, sin desconocer el enorme impacto popular, que tuvo con el melodrama "Angustia de un Querer" ( "Love is a many splendored thing",1955) de Henry King ; y Maureen O"Hara, la pelirroja oficial de algunas de las obras mayores de John Ford, que demostró su versatilidad en comedias, filmes de piratas, westerns, relatos de capa y espada y dramas de época. 
Prototipo de la mujer fuerte, abnegada, luchadora, valiente y obsecada, alcanzó la universalidad como pareja de John Wayne en la mítica "El Hombre Tranquilo" ( "The Quiet Man", 1952), donde interpretó con absoluta convicción el rol de una irlandesa vital. Un torbellino de emociones como fue esta obra maestra fordiana.
Un caso especial fue, Merle Oberon, el arquetipo de la mujer vulnerable, que no encontró mejor asidero que estelarizando a muchachas de época, siempre a la caza de hombres demasiado enquistados en sus esquemas clasistas. 
"Cumbres Borrascosas" ( "Wuthering heights", 1939) de William Wyler, fue la cumbre antes de la borrasca. Las constantes fricciones con el productor Louis B.Mayer, la obligaron a claudicar en sus afanes de gloria, manteniendo a duras penas una carrera que zozobró para terminar en el olvido. 


Glamorosas del Cine Negro. 

Veronika Lake,  figura menudita, inteligente y preciosa, indispensable del cine negro o policial.

Si hubo mujeres especialmente dotadas para los relatos del "film noir", se llevaron la precea, la rubicunda Veronika Lake, la morenaza de ojos carmesí Lauren Bacall y la perversa Gloria Grahame. Aunque tampoco desentonaba la ronca Lizabeth Scott, la preciosa Ann Sheridan, la inteligente Ida Lupino, la juvenil Teresa Wright, o la exhuberante Ella Raines.
Todas acomodadas a los suplicios de mujeres peligrosas, demasiado intrigantes como para detenerse a pensar, de que barriada venían y cuales eran sus fines más perversos
De todas ellas, Bacall formó con Bogart una de las parejas más emblemáticas del cine negro, una referencia obligada para entender el género desde las notables : "Tener y no tener" ( "To haw and have not", 1944)  y "El sueño eterno" ( "The big sleep", 1946) ambas de Howard Hawks; y  "Cayo Largo" ("Key Largo", 1948) de John Huston.
El cine negro fue uno de los géneros más aplaudidos por los espectadores de entreguerra.
"Seducidos por la refinada sexualidad de las mujeres fatales, atrapados en un mundo de sombras y luces por la espléndida fotografía de operadores como John Alton, Nicholas Musuraca y John Seitz, absortos por las desesperadas voces que narraban la historia en flashbacks, los espectadores de los cuarenta fueron sumergiéndose en una paranoia cada vez mayor, según las películas iban haciéndose más y más negras".



A manera de epílogo momentáneo.

 
Ivonne De Carlo, exquisita actriz en "Salome, Where She danced". Esta foto promocional por sí sola, vale oro para sus fans. Nos deja ver sus tremendos atributos corporales.


Como el cine es pasión de multitudes, fueron muchísimas las actrices que catapultaron una efímera fama o lograron mantener una carrera que después ( en la mayoría de los casos ), derivó hacia la televisión, el teatro, la radio, el disco o la publicidad. 
Un lista somera de la oceánica agenda de actrices de la época, debe considerar también los nombres de : Claire Trevor, Dorothy McGuire, Linda Darnell, Virginia Mayo, Ivonne de Carlo, Corinne Calvet, Carole Landis, Brenda Marshall, Joan Caufield, Gene Tierney, Brenda Joyce, Gloria De Haven, Susanna Foster, Anne Baxter, Eleanor Parker, Susan Peters, Ann Savage, Margareth Chapman, Laraine Day, Nancy Gates, Dolores Morán, Joan Barclay, Anne Gwynne, Joan Leslie, Virginia Bruce, Evelyn Keyes, Priscilla Lane, Ellen Drew, Jean Rodgers, Frances Dee, Ann Sothern, Rhonda Fleming, Nan Grey, Angela Lansbury, Mona Freeman y Patricia Medina.  
En esto de la atracción por la fotogenia de una estrella, las mujeres que cruzaban por la meca del cine, era una amplísima exposición de la diversidad etnográfica que puebla la Tierra.
Rubias platinadas, morenas glamorosas, trigeñas perfectas, pelirrojas estupendas, altas, delgadas, bajas, circunspectas, curvilíneas, atractivas, simpáticas, perversas, malhumoradas, sacrílegas, astutas, sumisas, independientes, santas y pecadoras, todas cumulgaban siguiendo los arquetipos que la industria les moldeaba película tras película. 
Consolidaron su imagen, subieron como la espuma, algunas desaparecieron como pompas de jabón, y otras, lograron mantener casa y techo, con la suspicacia del trabajo autoexigido, metódico, detallista y profesional.
Por ahora, hasta aquí este repaso. No agotaremos todas las instancias de rememoranza que tienen las fotografías animadas. Sólo deseamos gatillar en Ustedes, la exploración por el mundo del cine, a propósito de estas figuras.
En la próxima entrada, abarcaremos los Astros y Estrellas desde los años 50 a la actualidad, continuando con este viaje exploratorio, que intenta responder las preguntas que hacen famosa a las estrellas. ¡¡¡¡ Hasta la próxima !!!!!   

Fotos Gentileza : MGM - Warner Bros. - Paramount Pictures- Columbia Pictures - RKO Pictures - A Certain Cinema - "The New York Times" - "Variety" -  Dr. Macro - Hollywood Silents - Silent Movies Classic - Classic Movie Corner - Classic Flims Stars - Library of Congress- Motion Pictures and Television Reading Room - The Greatest Films - Museum of Cinema- Archivo Lobby Card.- 
 
 
Poster original del clásico del cine de terror.

 
Afiche de una de las películas más taquilleras de su época.


 
Cartel de la película "Las Aventuras de Robin Hood" con Errol Flynn y Olivia De Havilland.

  

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